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Sabido es que el fin de semana anterior
se desarrollaron los comicios primarios en nuestro país y que varias listas de
candidatos diversos se han presentado a dar batalla electoral.
Lo que voy a plantear en este artículo
tiene que ver con las listas, pero no políticas, sino las de distribución
(distribution lists o DL por sus siglas en inglés).
No quiero aventurarme a una certeza
para la cual no tengo pruebas, pero en una organización tan grande como la que
trabajo, es muy probable que la base de correo tenga más listas de distribución
creadas que direcciones de email de individuos.
Ahora bien ¿qué pasa cuando alguien se equivoca y hace un uso incorrecto de una
lista de distribución? ¿Cuál es la reacción de quien se ve involucrado en el
equívoco?
Sin llegar a insultos (muy mal vistos
en el ámbito corporativo) se suele escuchar por los pasillos “Sacáme
de la listaaaaaaaaaa!!!!!!!”