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Image courtesy of Pakorn / FreeDigitalPhotos.net |
Casi como una celebración paralela a mi
volatilidad y a la creatividad de los comentarios de los desafortunados
lectores de este blog, me permito retomar este tema tan celoso a
los sentimientos (y el bolsillo) de los habitantes de la fauna empresarial.
Allá por diciembre del año pasado, “Evaluación
de Desempeño: Prepararse para el Sufrimiento” abría el fuego sobre el proceso de fin de año y
sus posibles consecuencias.
En los comentarios de aquel artículo, distinguidos
aportantes como El Mando Medio, Estocolmo B, El Barto, Ale y otros (1) intercambiaban
notas abiertas sobre el tema y se planteaba la necesidad de ampliar los
efluvios y batiperios (2) sobre el asunto.
Propongo entonces correr el velo a algunas de las
intenciones que subyacen a los mensajes escritos y orales que engalanan las
auto-evaluaciones y las devoluciones que se exteriorizan al final del camino. Ahí vamos…