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Image courtesy of samarttiw / FreeDigitalPhotos.net |
Una mañana de
julio su jefe viene enamorado de una idea, tras haberla escuchado en el canal
de cable “Negocios de Primera” y le propone un cambio drástico que mejorará al
mundo.
“Chastintain”, “Chastintain” le dice mientras se le cae un pedazo de
salame del bolsillo de la camisa.
Pero ¿es posible el “Just in Time” en Buenos Aires?
Representantes
de la peña “Santiago Querido”, los pibes de la murga “Los Sutiles del Asfalto”,
infantes del jardín “¿Qué te pasa Manuelita?” y pensadores del movimiento “Los
Mártires de Perón” parecen conspirar empecinados…
Un poquito de marco teórico: El “Just in
Time” (1) es un método de organización de la producción nacido hace más de
50 años en Japón, que tiene por objetivo incrementar la productividad de una
planta mediante la aplicación de un conjunto coordinado de acciones.
A quienes trabajan en logística y
distribución, posiblemente les resultará conocido, pues uno de los pilares es
la sincronización y minimización de los tiempos de entrega.
Como decíamos en
la introducción, usted trabaja como encargado de expedición en una empresa
mediana de transporte en Pilar, provincia de Buenos Aires, y el dueño de la fábrica le dice que hay un cliente
que quiere implementar “Chastintain” que es la última moda en Europa ¿¿¿???
Usted se quiere suicidar, pero tiene
familia y aguanta. Cuando se
recupera del desmayo, decide tomarlo como un desafío.
Si bien su
trabajo está bastante controlado y tiene mucha experiencia, se ha puesto a investigar
y a leer algo más sobre el Just in Time en los días sucesivos al descubrimiento
de su jefe. Él, que casi se auto-considera el creador del método, ahora es un
pichón a su lado.
Su base de
distribución está en Pilar y la entrega es en el barrio “El Facón” en Florencio
Varela. Usted es previsor y usa Google Maps, quien calcula 1:28 de traslado,
pero rápido de reflejos le agrega un 8% de colchón, tal como lo leyó en el
libro de Yatemeo Sacaguita, gurú japonés de la década de 1980.
Es invierno y hace frío. Por ser la primera entrega con el nuevo método,
usted decide acompañar al camionero cebándole unos mates…
Luego del
trámite administrativo habitual para salir del playón, usted se dirige por el
Ramal Pilar de la autopista Panamericana. A la altura de Pacheco, una densa
nube de humo le llama la atención. La velocidad va disminuyendo de a poco y al
desviarse por colectora comprende el motivo.
En un debate de proporciones intelectuales mayúsculas,
de un lado de la traza principal, cortando los carriles rápidos y con un estandarte
pintado con sudor militante manifiestan
sus ideas los pensadores del movimiento “Los Mártires de Perón” con la inscripción SOVERANÍA
O COLONIA (2), frase que habla
por sí sola de la legitimidad del reclamo.
Enfrentados, en
actitud dudosa, bloqueando los carriles más lentos y enarbolando una bandera
finamente bordada y con encaje a los costados, despliegan toda su lozanía juvenil los pibes de la murga “Los Sutiles
del Asfalto” con una cruda consigna: COLONIA NUNCA, PERFUME TAL VEZ.
Usted no sabe
cómo pero se repone. Luego de sacudirse la yerba que ha caído sobre su
pantalón, calcula que será difícil, pero tiene esperanzas y alienta al chofer.
Bendice íntimamente por la posibilidad de un país plural y de amplio debate.
Poco antes de llegar
a la autopista Pascual Palazzo, un accidente desvía el tránsito hacia un bonito
barrio de Vicente López. Luego de pasar el tercer semáforo en rojo, su
compañero lo sorprende con un brusco frenado. Cortando la calle más encantadora
del lugar, un grupo de padres, en conjunto con sus hijos (guionado previo, tan
de moda ahora) se quejan por un corte de luz que ya lleva cuatro horas.
Ante las cámaras del canal zonal, los infantes del jardín “¿Qué te pasa
Manuelita?” se agrupan tomados de la mano y expresan su desconsuelo:
La luz se nos cortó
Hay, señor Edenor
Devuelva la energía
Que el osito se extravió
Tras 25 minutos
las luces internas del establecimiento se iluminan y los niños bulliciosos
parten al encuentro de sus maestras, que aprovechaban el tiempo para intercambiar
ideas sobre posibilidades de mejora en el ámbito educativo.
Usted se seca
las lágrimas, y sigue. No está conmovido, no está angustiado, sólo que con el
frenado el agua del termo se derramó sobre su omóplato derecho. En este punto
hay que apurar a como dé lugar, así que retoman la autopista y se aventuran a
la General Paz.
Milagrosamente
no hay allí manifestaciones ni cortes que puedan demorarlo, sólo un par de
tramos inundados luego de la caía de 67mm en 43’ el día anterior. Usted va en
un camión, así que no tiene por qué interesarle; es más, acelera dejando una estela de alegría a sus
costados, que los automovilistas agradecen con bocinas de jolgorio y regocijo.
La cosa vuelve a
complicarse en Perito Moreno por unos minutos. Unos metros antes del peaje, un
multitudinario y candoroso puñado de señoras con ponchos y pañuelos se
identifican como representantes de la
peña “Santiago Querido”, los más incansables seguidores de Leo Dan, como
todo el mundo sabe.
Caminando
sigilosamente entre los autos, reparten
un curioso talón que alienta al receptor a votar (“¡dale amargo!”) y decidir en
ese mismo momento quién es el más grande de todos. Usted tiene dos casillas:
Leo Messi y Leo Dan (3). Garbatea una cruz y siente una humedad en el
dorso de su mano izquierda. La birome se derramó. Ahora sí llora. Malditos japoneses, cómo c… se les ocurrió esta
idea de m…
En fin, usted es
empecinado y continua. Demorado ya casi una hora, pasa con limpieza llamativa
por el Acceso Sudeste. Sólo unas pocas piedras arrojadas desde los costados
dibujan unas manchas en la lona, pero para qué detenerse en la anécdota
intrascendente.
Ya al llegar a
la Av. Calchaquí el clima se enrarece. Usted
le dice al chofer “debe ser el caño de escape” pero el sonido es ligeramente
diferente. Su marcha se ve interceptada por la barra brava de Defensa y
Justicia, conocida como “Los Pulentas de Varela” (4).
Las leyendas de los tatuajes lo hacen transpirar: “Toda una vida al
servicio del delito”, “Soy la envidia de tu prontuario”, “mi principio es tu
final” y otros escritos en espaldas de no menos de 1,20 de ancho.
Tras una breve demostración
de 40 minutos, y relajados por haberse salvado del descenso luego de un triple
desempate por penales contra Deportivo Zonda de Quetrén Quetrén, liberan el
paso a los vehículos, dejando dudosos recuerdos sobre algunos.
Ya casi ha
llegado. Pega la vuelta por el cuartel de Bomberos Voluntarios de Villa Senzabello,
se persigna y comprende que la entrega se hará tarde, pero se hará. De alguna
manera, y no sin esfuerzo, su honor
quedará saldado.
Freno de mano justo
enfrente del portón de su cliente, su arteria cava es sorprendida por el lujurioso
sonido de unos bombos fuera de control. Su cliente está de paro y no recibe
entregas sino hasta el día siguiente. Completamente convulsionado, cae de
rodillas al piso. Su acompañante llama a la ART. La ambulancia viene
directamente de Villa Albertina.
Es cuestión de aguantar un rato nomás, “Emergencias Eco-cardio” está
certificada en un probado método japonés.
Notas
(1) No confundir
con "Justin Bieber”.
(2) Ya sé que
soberanía se escribe con b larga, pero permítame un poco de colorido.
(3) Ya sé que
Messi es Lionel, pero todos lo conocemos como Leo. ¿O no Google?
(4) ¿Otra vez?
Si insiste en aguarme el chiste le corto la suscripción.
JAJAJAJA!!!!!! Como siempre Genial.. A destacar frase "COLONIA NUNCA, PERFUME TAL VEZ" jajaja casi me desmayo...
ResponderEliminarYo conozco panaderias que trabajan con este modelo, el promedio de vida de los empleados es de 45 años y la tasa de suicidio la mas alta en el rubro...
Los japoneses estan mal de la cabeza!!! solo ellos pueden inventar algo asi y cumplirlo a raja tabla.
Muchas gracias por los comentarios anonymous.
ResponderEliminarLa verdad es que la tentación de meter más frases de ese tipo en el relato es grande, pero -siguiendo con la temática- no quiero irme a la banquina.
En la cabeza de los Japoneses nunca estuvieron pensados estos bellos matices de nuestra particular cotidianidad, algo que creo algunos no se toman en consideración al importar estas revolucionarias prácticas comerciales.
ResponderEliminarExcelente relato, lo sentí en carne propia, hasta creo que transpiré un poco...jajaja!
Muchas gracias Daniel,
ResponderEliminarEspero leerte por aquí seguido.
Para la próxima sorteo una toalla entre todos los lectores.
Gracias por el planito con el recorrido... para los que no somos de Bs As sirve de ayuda para entender mejor el contexto :)
ResponderEliminarSi los japoneses pasaran un tiempo en nuestro país creo que reformularían muchas de sus teorías o aumentarían el índice de ataques cardíacos :P
Ale,
EliminarPuedo imaginar en tu comentario la tonada cordobesa.
La próxima vez tomo un plano de La Falda a Cuesta Blanca, aunque voy a tener que cambiar los términos ligeramente.
"El guaso estaba al vicio..."
Sería genial si me pudieras mandar un listado de expresiones de La Docta para poder armar un relato.
¡Gracias por tu participación!
No pude evitar imaginarme al Sidharta Kiwi relatando la parte de los infantes del jardín "Que te pasa manuelita?"...genial!!
ResponderEliminarCarolain!
EliminarSidharta Kiwi, qué bonito recuerdo.
Nos enyoguizamos, tomamos a los padres de la solapa, y al grito de "Papanata, papanata, te reviento la piñata" le incrustamos un cross de derecha furibundo de modo tal de que termine cantando la canción del Sapo Pepe en calzoncillos de lana.
Muchas gracias.
Muy buen relato. Son los problemas de vivir en el primer mundo. Aca en Gualeguay desde que se empezó a implementar el "just in time" las entregas tienen una efectividad del 100% (y a veces sobra tiempo)
ResponderEliminar¡Miércoles, que la vida está llena de problemas logísticos por aquellos pagos!
EliminarGracias Anónimo por mostrar que existe una realidad tan distinta a la que nos corre aquí en Capital.
Córdoba, Gualeguay, el blog se puso internacional.
Si vas a hacer el sorteo de la toalla avisá que aporto una gorrita con visera, estrella del merchandising corporativo de la empresa en la que trabajo, para hacer más atractivo el lote a sortear. Saludos.
ResponderEliminarJAJaJA Excelente Miguel!! Muy bueno.
ResponderEliminarHacia mucho que no tenía noticias tuyas. Seguí escribiendo que está muy bueno.
¡Bienvenido Ariel!
EliminarYa pasaron por aquí Nati, Pablito y Charlie Parliparqui. Falta que se prenda Flanders y estamos todos.
Muchas gracias.