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Desde
que en 1954 Peter Drucker escribió su legendario libro “The Practice of
Management”, la gerencia pasó a ser una institución respetada y hasta
venerada. El imaginario ponía a los
gerentes en el pedestal del planeamiento estratégico. Eran los tipos que
iban una semana una cabaña en el medio de la montaña a construir la visión
corporativa por los próximos diez años.
Aunque
la mirada estuvo un poco exagerada y nunca en la realidad esto fue así, sepamos
que en el siglo XXI la mano viene cambiada. Cada vez más el
gerente es un multitareas generalista que segmenta su tiempo en porciones
ínfimas, haciendo de todo un poco, casi como un pulpo omnipresente al
que muy a menudo le pasa un tiburón por debajo y no se da cuenta.
En
este artículo pretendo explicar cómo esto
tiene relación con nuestro nacimiento como raza humana y con nuestras
capacidades de género.
Hombres y mujeres de
las cavernas tienen la explicación a un pensamiento que
para mí es más que claro: si su empresa necesita un gerente multitareas,
su empresa necesita una mujer…