marzo 19, 2013

Habemus Gerente - Crónica de una Elección Divina


En ocasiones las empresas adoptan ciertas prácticas de sus clientes (1)

La noticia cayó como un rayo sobre “Púlpitos La Inmaculada S.A.”.
Luego de dieciocho años de fructífera tarea, don Vicente Barros Schelotto presentaba su renuncia indeclinable aduciendo cierto cansancio espiritual. En su homilía final, tras algunas preguntas un tanto comprometedoras de parte del Directorio, declaraba sentirse vacío, sin energías para continuar su labor gerencial.

Era un secreto a voces que Vicente sentía un gran desgaste luego de tanto tiempo al frente de la compañía, elemento explosivo si consideramos una presión creciente del Directorio y una intromisión bastante agresiva de los dos consultores externos contratados por el Gerente de Producción.

Pero claro, como suele suceder en estos casos, muchos pugnan por poner fin al reinado, pero cuando el rey claudica se agarran la cabeza… ¿y ahora cómo seguimos con esto?


La Inmaculada era una empresa con gran apego por las tradiciones. Sus clientes, en su mayoría iglesias de La Matanza y zona de influencia, tenían decenas de años de fidelidad, y su verticalidad incuestionable llevó a la empresa a adoptar algunas de sus prácticas. Habían pasado dieciocho años de la última vez, pero todos sabían qué decía el protocolo: por decisión de dos tercios y en votaciones sucesivas, las distintas gerencias debían elegir a uno de los suyos como nuevo Gerente General en Asamblea de Notables.

Los de Producción eran los chicos malos de la película esta vez (2). Sabiendo eso, se encerraron en la pieza de herramientas de la nave mayor para planear su estrategia de captación de votos. Comenzaron a hacer cálculos y gráficos febriles en una pizarra, trazaron un nuevo lay-out para las cortadoras y convencidos de su propuesta de reducción de costos, se dispusieron a salir al ruedo con el plan plasmado en una versión trucha del Autocad.

Los de Marketing fueron los que se tomaron la cosa más al pie de la letra. Fueron en malón a Easy a comprar aerosoles fosforescentes y al grito de “pintemos un futuro colorido, con Marketing ocupando el nido” comenzaron a correr y saltar por el salón principal de ventas. Tras unos minutos de aullidos y ruidos extraños, bajaron las cortinas poniendo hermetismo a la postura. Poco tiempo más pasó y comenzó a vislumbrarse el humo blanco de la fumata. El portero, ajeno a la contienda, al pasar por la puerta, salió flotando a poner un disco de Bob Marley.

Los de Finanzas empezaron a hacer números con tal rapidez que del Excel salía humo (aunque en este caso de manera figurada, ligeramente distinta a la situación de sus colegas de Marketing). Que “atención con dejar fija la columna”, que “ojo con la referencia circular”, que “guarda con la tabla dinámica que se corrió a la derecha”, todas advertencias por las dudas, no vaya a ser cosa que algo se salga de las celdas (perdón, de las casillas). Propuesta balanceada, cuadros de sumas y saldos, notas al pie, Finanzas sentía que el sillón de Vicente esta vez sería suyo.

Los de Ventas no se quedaron atrás y llamaron a Chiche Gelblung para que inventara algo sobre la marcha. Chiche, tentado el día anterior por Florería El Pétalo Triste para animar la fiesta de la primavera, dijo que no podía, no sin antes dejar caer una lágrima y llevarse un cheque de anticipo para reserva por futuros eventos. Los vendedores, confundidos por la negativa, entendieron que éste no era su tiempo y decidieron dar un paso al costado.

Con las cartas sobre la mesa, cada uno salió a vender cara su derrota en la Asamblea de Notables. Sobre lo que pasó dentro del Gran Recinto poco se sabe. Fuentes extraoficiales confesaron que el ganador fue elegido en una segunda ronda, en un apretado final entre Producción y Finanzas, luego de que los representantes de Marketing confesaran que ya no tenían fuerza para mayores aspiraciones.

(1) Cualquier similitud con la realidad es pura coincidencia, incluyendo la novela de Riquelme y su vuelta a Boca.
(2) La vez anterior Vicente había sido elegido tras un retiro espiritual al Himalaya por parte de Paolo Maldini, Gerente General invadido por una súbita creencia religiosa luego de perder al jodete con Luciano Pereyra y Jimena Cyrulnik.

Descolgado: Quise ser Papa, pero al confesarlo a mi familia mi mamá me dejó frito y mi viejo me hizo puré.
Descolgado 2: Quise ser El Elegido, pero Pablo Echarri me hizo juicio por apropiación de nombre.

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