abril 16, 2013

Lavado de Dinero K: mi Confesión


Ante los sucesos de público conocimiento (1) y atendiendo a una posible mancha sobre mi buen nombre y reputación (4) me veo en la obligación de sacar a la luz un episodio ocurrido allá por el 2005, en el que involuntariamente me vi envuelto en una maniobra de lavado de dinero K.
Aquellos que me conocen, sabiendo de las carencias de mi niñez, se han preguntado muchas veces cómo pude, partiendo de la base social más básica, arribar a este estado actual, todavía aún más carente.
Estoy convencido que el incidente del lavado de dinero guarda relación directa con los avatares que han tapizado mi vida en este último y desgarbado tramo.

He aquí mi confesión…



Nacido en la Pobreza
Me he criado en la más honda de las pobrezas, como es de público conocimiento (5).
Lo único que abundaba era la escasez. Escasez de colores, en tiras, en hebras, en jirones, en cachos, sacada del fondo, con tirabuzón, con sacacorchos, con barrefondo (bueno, está bien paro aquí y voy al grano).

La mascota del barrio era una piedra. El barrio estaba tan alejado que una vez vimos un heladero de Frigor y le pedimos café. No sabíamos, no conocíamos, no existía Garbarino, entonces ni siquiera podíamos ver la tele en una vidriera.
Un verano quisimos instalar TV por cable para ver dibujitos, pero éramos tan pobres que ni kelodeon teníamos. De chicos nos faltaban tantas cosas que ni ñez teníamos. Y no es que quiera llorar ni poner excusas, es que me parece apropiado adornar un poco el relato.

Los Descuidos se Pagan con Sangre
Yendo al punto (Caruso Lombardi), en el año ya mencionado, yo trabajaba asesorando a una empresa de retail de primera línea cuando un hecho fortuito cambió mi vida y me hizo cambiar los pantalones para siempre. ¿Qué cómo es eso? No se apresure, ya llego.

Yo estaba sentado haciendo mis habituales tareas de consultoría en un escritorio que nunca antes había utilizado, de esos que tienen la tablita de soporte debajo para apoyar el teclado, aunque por una ausencia inexplicable del elemento, los rieles a los costados se habían convertido en peligrosos elementos cortantes.
Uno de mis acostumbrados movimientos repentinos llevó mi pierna hacia un extremo y el punzante filo hundió su metálica contextura en mi muslo. La sangre fue testigo del suceso y el pantalón, ya con un inocultable agujero, supo que aquella noche tendría una cita impostergable con el lavarropas.

Lavado
Justo ese mediodía había salido a comprar una tarta de jamón y queso de lo más pedorra (si se me permite el término) y la cajera me dio el vuelto con un billete de $5, que por esos vericuetos de la perdida memoria, se encontraban plegaditos en el bolsillo trasero de la infortunada prenda.

Transcurrido el lavado y el tendido, llegó la hora del planchado y con él el macabro hallazgo de aquel billete estropeado serie K, con la imagen del Cerro de la Gloria.
Ni Leo Fariña, ni Fabián Rossi, ni Lázaro Báez ni Cristobal López. Ni más ni menos que el General San Martín.

Cuando Oyarbide me llame a indagatoria, me pondré a disposición de la justicia. Eso sí, al cuerpo del delito lo hice desaparecer en Uruguay (entre Corrientes y Sarmiento).
El intercambio se llevó a cabo por dos alfajores Jorgito de dulce de leche.

(1) Aparentemente alguien se estaría quedando con dinero del erario público según lo denunciado en el programa televisivo Periodismo Para Todos (2).
(2) Como queda cool, algunos denominaron a la exposición del tema con el marketinero nombre de PPTLeaks (3).
(3) Todavía no sé si “PPT” se refiere a las iniciales del citado programa o si se refiere a una presentación que Lanata armó con el Power Point.
(4) En realidad no me conoce nadie, pero el despelote es tan grande, que cualquiera puede salir salpicado.
(5) Para que no se borre el testimonio, una vez lo escribí con marcador indeleble en un baño de una pizzería de Parque Patricios.

8 comentarios:

  1. Yo me podria presentar como testigo, pero de identidad reservada...
    Puedo aprortar datos claves para la investigacion!!

    A partir de ahora pueden identificarme como MAP

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    1. Estimado amigo MAP,

      Testigo clave si los hay de aquel lamentable accidente.
      ¡Qué bueno tenerte por acá!

      En nuestro grupo Humor y Empresa de Linkedin hay otro individuo que puede dar detalles del entramado.
      Espero que calle decorosamente...

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  2. El que calla... otorga... (nunca supe qué es lo que otorga, espero que no sea la dignidad...), me escudo en el anonimato por supuesto, no vaya a ser que me quieran entrevistar de PPT!

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    1. Caramba, caramba,
      La semana pasada el blog estuvo polémico. Esta semana la mano viene misteriosa.
      Me recuerda a aquella dudosa acusación a Yamaha sobre tráfico de órganos.

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  3. Yo debo confesar, en este plan de honestidad brutal, el lavado (y planchado) de las mentes de jóvenes empleados que vienieron a mí a que los entrene en los vericuetos de la gestión...

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    1. Yo, como mando medio que soy, también he tratado de lavar mentes (siempre con burbujas para adornar un poco) pero lo del planchado es demasiado.
      Gracias MM por la confesión. Un diván a la derecha...

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  4. "Caramba, caramba"... creo reconocerte HyE, una voz en un telefono solía responderme eso ante los interrogantes sobre un misterioso sistema, producto de la fusión de una cadena rapida de comidas y una burbujeante bebida que ahora tiene sommelier propio, jajaja

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    1. Debería patentar el "caramba, caramba, qué inconveniente".
      Y cualquier referencia a mi oscuro pasado será motivo de negación rotunda de mi parte.
      Si alguna vez causé un incidente o alguna vez brindé una solución, en ambos casos fue sin querer.
      :-)

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